Piedras solares de los vikingos

"El cielo estaba completamente cubierto. Nevaba. El rey Olaf pidió a Sigurd que le dijera dónde estaba el sol y éste accedió. Entonces Sigurd sacó una piedra del sol, miró al cielo y vio de dónde venía la luz, con lo que predijo la posición del astro invisible. Y acertó".

Este párrafo pertenece a la saga islandesa centrada en el héroe Sigurd que describe cómo, durante condiciones de nieve o nubes, el rey Olaf consultaba al héroe sobre la posición del Sol.

 
Hace más de mil años, los pueblos del norte dominaban gran parte de los mares, los cruzaban e incluso llegaron a Groenlandia en donde se asentaron durante un tiempo. También consiguieron saquear gran parte del mundo conocido haciendo incursiones por toda Europa. 
Fueron unos magníficos navegantes que lograron alcanzar las costas de Norteamérica a través de las regiones árticas.
En una época en la que sus barcos no eran muy grandes y no había cartas de navegación fiables ni brújulas magnéticas, los temidos vikingos surcaban muy bien los océanos sin tecnología.
Dicen que los timoneles se sabían de memoria el perfil de las costas y que los navegantes eran capaces de guiarse por la dirección de las olas, el flujo de las corrientes o incluso por el color y la temperatura de las aguas.
También prestaban atención al rumbo de las aves, la dirección de los bancos de peces o incluso a la presencia de algas.
Pero debido a que la luz diurna perpetua durante la estación de verano en el extremo norte evitaba que usaran las estrellas como guía para sus posiciones y al gélido clima de los mares por los que navegaban, con abundantes brumas y bancos de niebla, tuvieron que desarrollar otros métodos para no perderse durante sus incursiones y por eso inventaron una especie de brújula solar que marcaba mediante una sombra la posición del Sol.


Las leyendas vikingas, incluída la del héroe Sigurd, apuntan a que los marinos tenían otra ayuda de navegación a su disposición: una "solarsteinn", o piedra solar. Estas piedras solares, podrían haber ayudado a los vikingos en su navegación desde Noruega hasta América bajo cielos nublados y sin brújula, que aún no era conocida en Europa.


En 1967, Thorkild Ramskou, un arqueólogo danés, sugirió que estas piedras solaren podrían haber sido un cristal polarizador tal como el espato de Islandia, una forma transparente de calcita, que es común en Escandinavia.
La forma en que los rayos del sol atraviesan este cristal ya había llamado la atención del astrónomo Christian Huygens en el siglo XVII y le habían servido para probar el fenómeno de la polarización de la luz. 

Parece ser que los vikingos escudriñaban el cielo en un día nublado, cuando  no sabían donde estaba el sol, con una de estas piedras, girándola de vez en cuando. En un punto determinado encontraban que el brillo aumentaba notablemente. Determinaban así una línea que apuntaba al Sol.
Continuaban navegando y repetían la operación. Esas dos líneas daban una buena estimación de dónde se encontraba el astro.
Con un artilugio móvil, colocaban una antorcha en una posición de esa dirección simulando el Sol y con un reloj solar, que eso sí que sabían manejar bien los vikingos, averiguaban no sólo la hora sino que mantenían la posición del sol y de esta manera determinaban el rumbo.


Con este sistema se puede predecir la posición del sol con un margen de error de un grado.
Si los vikingos hubieran usado este sistema podrían haber navegado sin problemas por los mares de la época incluso en días nubosos, pero el  método preciso de la técnica vikinga de navegación está todavía en discusión, porque lo cierto es que hay que tener mucha habilidad para llevarlo a cabo en días muy nublados y no hay pruebas arqueológicas de que efectivamente lo usaran.

Una cosa es demostrar que según la tecnología de la época algo así era posible y otra que realmente lo hicieran. Falta hallar una de esas "piedras de sol" en una antigua nave vikinga hundida o en alguno de sus asentamientos para confirmar la teoría de esta brújula arcaica que permitía la navegación y la orientación.

Recientemente se ha descubierto un cristal de este tipo en una nave naufragada de 1592, lo que sugiere que quizás algo así fue usado en algún momento. 
Se especula incluso que teniendo ya la brújula, estos cristales podrían haber servido de sistema de respaldo a la navegación.

2 comentarios:

  1. Tarde buena, gracias por sus publicados que son muy nutriente para conocer remembranzas de nuestros antecesores, y les agradezco por permitir compartir, saludos.

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  2. Tarde buena, gracias por sus publicados que son muy nutriente para conocer remembranzas de nuestros antecesores, y les agradezco por permitir compartir, saludos.

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