El desierto del Gobi, un lugar sin agua

Contrariamente a la imagen extendida de desiertos arenosos, el Desierto del Gobi está cubierto con roca desnuda. Se forma por una serie de pequeñas cuencas dentro de una cuenca mayor cercada por tierras altas. El suelo de las cuencas, formado por una especie de acera de pequeña grava sobre granito o de roca metamórfica, es asombrosamente plano.
Las cuencas son confinadas por los Montes Altai y los prados de Mongolia al norte, por la meseta tibetana al suroeste y por la llanura de China del norte hacia el sureste.

Esta imagen fue adquirida por la cámara Meris del Envisat, el 13 de abril de 2008, en modo “Alta Resolución” que permite distinguir detalles de 300 metros.

En mongol, Gobi significa lugar sin agua. El desierto no recibe más de 200 a 250 mm. de lluvia a lo largo de sus franjas al norte y al este y su porción del suroeste está completamente desprovista de agua. Pequeños lagos, que son abastecidos por aguas subterráneas, existen en el desierto y la arqueología nos muestra que llevan allí bastante tiempo, tanto, que poblaciones de la edad de piedra habitaron alrededor de sus orillas.

Numerosos fósiles importantes se han descubierto en el Desierto del Gobi, como los primeros huevos de dinosaurios. Restos arqueológicos encontrados en el desierto dan prueba de la presencia de civilizaciones del Paleolítico, el Neolítico y la Edad de Bronce.

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