La torre de Burana

Minarete de Burana


La torre de Burana es un minarete que se alza en el valle de Chui en la actual Kirguistán. Está situada a unos 80 km al este de la capital Bishkek, cerca de la ciudad de Tokmok.

Fue construída en el año 960 por los karahánidas, pueblo que a su vez fundó la ciudad de Belasagún hacia finales del siglo X, que fue un importante cruce de la ruta de la Seda en Asia Central, donde se juntaban los caminos que venían de la moderna India, la ciudad de Mavarannahr, actalmente Ozgón y la ciudad de Kashgar (importante centro cultural y científico de la antigüedad).
El kaganato Kahárida creó entre el siglo X y el XII el mayor estado de Asia Central.
Jenghis Khan se impresionó al ver la ciudad Belasagún y la renombró como Gobilik (Ciudad de Dioses).
Actualmente la ciudad se encuentra en ruinas y solo podemos contemplar la torre, los restos de una fortaleza, las lápidas de un cementerio y tres mausoleos.



Burana, deriva de la palabra turca "munara" (minarete) y junto a la torre, aparte de un pequeño museo con los objetos arqueológicos encontrados en la zona, hay un fascinante cementerio con cerca de 80 tumbas, y en muchas de ellas, la efigie del difunto cada una con sus rasgos característicos tan claros que se puede apreciar quien era de la actual Kirguizstan, o de Kazakstan por ejemplo.

 

 
La torre originalmente medía 45 metros de altura pero a lo largo de los siglos varios terremotos han ido causando daños irreversibles en la estructura.
El más importante de estos terremotos en el siglo XV destruyó la mitad superior de la torre reduciéndola a su altura actual de 25 metros.
Se llevó a cabo un proyecto de restauración en los años 70 para consolidar sus cimientos y reparar el revestimiento del lado oeste, que estaba en peligro de derrumbamiento.
Dos escaleras, una externa y otra interior, permiten subir a lo alto.

Una leyenda sobre su construcción cuenta que una hechicera predijo que la niña recién nacida del rey moriría a los dieciocho años. El rey, tratando de impedir que la profecía se cumpliera, mandó construir una torre y encerró en ella a su hija para mantenerla alejada de cualquier peligro. Una criada se encargaba de llevarle a diario la comida. La muchacha creció hermosa pero sola e infeliz. Al cumplir dieciocho murió por la picadura de una araña venenosa que se había escondido entre los alimentos. Alá es grande.
Minarete de Burana




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