El Atlántico sur y su anomalía

La Anomalía del Atlántico Sur (ASS), se refiere a una región en el sur del océano Atlántico donde los cinturones de radiación Van Allen, se encuentran a menos de 500 kilómetros de la Tierra. Estos cinturones normalmente se encuentran ubicados entre los 1.000 y los 5.000 kilómetros.

Los cinturones de Van Allen son unos escudos naturales que protegen a la Tierra de las lluvias de partículas de alta energía que provienen del Sol. Son una zonas de la magnetosfera terrestre (región alrededor de la Tierra entre los 500 y los 60.000 kilómetros, es la parte mas externa y amplia de la atmósfera) con forma de anillo en la que se encuentran altas concentraciones de protones y electrones que se mueven describiendo una espiral entre los polos magnéticos del planeta, creando dos regiones principales a las que se conocen como cinturón interior y cinturón exterior. 
El primero de los cinturones se encuentra a partir de los 1.000 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra y alcanza una altura máxima de unos 5.000 kilómetros. El cinturón exterior se extiende aproximadamente desde los 15.000 hasta los 20.000 kilómetros. Ambos cinturones se originan a partir del intenso campo magnético de la Tierra, que atrapa las partículas cargadas provenientes del Sol. 
El nombre de los cinturones se debe a su descubridor, James Van Allen (1914-2006), un físico estadounidense que llevó a cabo investigaciones sobre física nuclear, sobre los rayos cósmicos y sobre la física atmosférica y colaboró en programas de investigación planetaria asociados a misiones de la NASA.

Los cinturones de Van Allen

Existen varias teorías sobre su explicación ya que no está clara y se puede deber esta diferencia en la intensidad de campo a que el polo norte  magnético de la Tierra se encuentra desviado unos 450 kilómetros del polo norte geográfico y por eso los cinturones de partículas no están perfectamente alineados y en la mencionada región se produce esa depresión. Se puede deber también a un efecto secundario de una reversión geomagnética, a un cambio en la orientación del campo magnético terrestre.

Actualmente la ASS se encuentra ubicada por encima de Brasil, Argentina y el Atlántico sur pero se mueve lentamente hacia el océano Índico sur. Sus dimensiones son de aproximádamente 560 km.
La zona de peligro varía con el tiempo, siendo su tasa de desplazamiento muy cercana a la rotación diferencial entre el núcleo terrestre y su superficie, se estima en 0,3 y 0,5 grados por año. Esto significa que en un periodo de entre 700 y 1.000 años la anomalía debería completar un giro completo alrededor de nuestro planeta, pero como ha sido detectada hace unas pocas décadas, los científicos no están completamente seguros de la forma en que evoluciona este fenómeno. 
De hecho, la intensidad del campo magnético terrestre en general se está debilitando a gran velocidad. 

Se han realizado mediciones, con una diferencia temporal de 20 años entre una y otra, que muestran que, de seguir a este ritmo, el campo podría desaparecer por completo en unos 1.000 años, lo que sugiere que nos encontramos en los preliminares de un cambio de sentido en los polos magnéticos, algo que ha sucedido varias veces en la historia de la Tierra. 
Si esto fuese cierto, lo que hoy vemos como una anomalía seria lo normal para toda la superficie de la Tierra, ya que sin campo magnético no habría cinturón de partículas que nos proteja.


La anomalía es muy importante para los satélites y otras naves espaciales que orbitan a cientos de kilómetros de altitud con inclinaciones orbitales de 35° y 60°, ya que estas órbitas llevan a estos satélites a través de la anomalía de manera periódica, exponiéndolos durante varios minutos a una fuerte radiación y corriendo el riesgo de ser dañados por las fuertes radiaciones que allí se encuentran, así que a la hora de poner un satélite en órbita hay que tener muy en cuenta su existencia ya que los componentes electrónicos pueden resultar dañados si el aparato resulta expuesto a estas radiaciones.

En general, los satélites de orbita baja, "Low Earth Orbit" (LEO) se colocan a una altura que hace que el roce con la parte superior de la atmósfera sea el menor posible, pero sin alcanzar los 1.000 kilómetros, de forma que no penetren en el cinturón inferior. 
Los satélites geoestacionarios, con órbitas altas o medias "Medium Earth Orbit" (MEO), se sitúan alrededor de los 35.000 kilómetros de la superficie terrestre, por encima del segundo anillo. 
Sin embargo, hay muchos satélites artificiales, como la Estación Espacial Internacional, que fueron blindados especialmente durante su construcción para que sus tripulantes y ordenadores pudiesen sobrevivir a la anomalía y el telescopio espacial Hubble no efectúa observaciones al pasar por esta región.


Mapa de flujo de protones

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