Cabrearse

Aunque pueda parecer que el origen de esta palabra viene por la semejanza entre los movimientos compulsivos de las cabras y nuestros aspavientos cuando nos enfadamos, el verdadero origen  es otro. Se cuenta que en tiempos medievales, los vasallos de los duques de Medinaceli y de Alcalá que tuvieran cabras, debían de pagar un impuesto especial por, según los señores:
… lo mucho que comen (las cabras) y lo esquilmados que dejan los campos.
Todos los que debían de pagar esta tasa estaban en una lista y se decía que estaban cabreados, queriendo decir simplemente que estaban incluidos en la lista. Creo que no es difícil imaginar la asociación de ideas que fue llevando de un significado a otro. Si estabas cabreado(en la lista) estabas cabreado(enfadado).

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