Numidia

Los númidas fueron unas tribus seminómadas bereberes que antiguamente vivían al este de la actual ciudad de Constantina en Argelia y en parte de lo que actualmente es Túnez y Marruecos.

Fueron los griegos los primeros que mencionaron a los habitantes del norte de África, y los llamaron "númidas” que parece que proviene de la palabra griega "nómada", a pesar de que la mayoría de la población era sedentaria.
Herodoto, en el siglo V A.C., afirmaba que estos pueblos protobereberes eran famosos por la habilidad que tenían en el manejo de los carros tirados por caballos, y que fueron ellos los que enseñaron a los griegos las ventajas de la cuadriga (carros tirados por cuatro caballos).

Los pueblos númidas hablaban alguna lengua bereber, practicaban una religión animista y politeista y sentían gran pasión por los caballos, dándoles una gran reputación como jinetes.

Los habitantes de las tribus númidas se dividían en dos, lo númidas occidentales, llamados "masesilios" y los númidas orientales occidentales, los "masilios".

El reino de Numidia fue un estado de la antigüedad constituído tras la segunda guerra púnica entra Roma y Cartago y consolidado por el rey Masinisa.
Su cultura fue de origen púnico, la capital fue la ciudad de Cirta y sus habitantes eran nativos de etnia bereber sedentarios o seminómadas, libios, colonos púnicos y estaban estrechamente vinculados con los mauritanos.


Los númidas vivían en una región apartada de la civilización, escasamente poblada y sin grandes asentamientos y entraron en la historia a inicios del primer milenio A.C. al entrar en contacto con los fenicios que llegaron a las costas de Mauritania.

Los fenicios en sus viajes por el Mediterráneo ya establecieron contacto con las costas de las tribus númidas y para el 814 A.C. fundaron la colonia de Cartago en la costa tunecina. 
Para los siglos VII y VI A.C. ya se habían establecido factorías y colonias fenicias por la costa mediterránea y la atlántica hasta Mogador, en cuyo islote aparecen los testimonios geográficamente más remotos de la acción colonial fenicia. Destaca la fundación de la ciudad colonia de Lixux en la desembocadura el río Lucus, en la costa atlántica.


Tras la caída de la ciudad fenicia de Tiro ante los asirios en el siglo VI A.C, la influencia púnica comienza a tener relevancia y se intensificó en las costas de la antigua mauritania por la acción ya de la ciudad de Cartago, desligada de su antigua metrópoli.


El establecimiento de estas factorías y colonias fenicias representó el primer contacto con una cultura superior. A través de la acción fenicia penetra en el litoral mauritano y númida la vida urbana, el uso del hierro, se conoce la moneda, se introduce la vid y probablemente el olivo.

Desde el momento de su fundación se creó una intensa relación entre la por entonces colonia fenicia de Cartago y las tribus del norte de África. 
Al principo Cartago fue obligada a pagar a los pueblos libios, sobre cuyos territorios se había asentado, una especie de canon o tributo. 
En el siglo V A.C. se organizaron dos expediciones para reconocer las costas mauritanas, convirtiéndolas en territorios de dominio cartaginés.

La ciudad de Cartago era gobernada por una oligarquía de ricos aristócratas que creó un imperio comercial en la zona.
Las tribus númidas fueron los primeros pueblos nativos con los que comenzaron a realizar tratos comerciales.

Se fundaron nuevas colonias y factorías en las actuales costas de Marruecos y de Argelia, explotando los recursos pesqueros del litoral, fabricando salazones y salinas para elaborar y exportar el "garum" (salsa de vísceras fermentadas de pescado) y se buscaron nuevos recursos naturales.
Exportaron marfil, oro, estaño, púrpura y esclavos, e importando entre los indígenas sus mercancías, vidrios, cerámicas, objetos de bronce o hierro, y tejidos de púrpura.
Se introdujeron mejoras en al agricultura como un modelo de arado de reja triangular, forjado en hierro, más eficaz que el milenario arado beréber consistente en una simple punta de madera aguzada que abría un mal surco o la aportación que supone el cultivo del olivo, la vid, el trigo y la higuera. 

Las tribus numidias asimilaron también el alfabeto, la lengua y la religión púnica pero preservando cierta autonomía. La escritura no sustituyó al líbico, sino que se unieron ambos y crearon una escritura propia.
El púnico se convirtió en lengua oficial bajo el reinado de Masinisa y seguirá uitilizándose cuatro siglos después por los sacerdotes cristianos.

Cartago reclutó mercenarios entre los númidas, que eran jinetes natos y eran famosos por no emplear sillas de montar ni brida, sólo utilizaban un palo para dirigir a sus caballos y sin embargo maniobraban con gran destreza y sus caballos eran muy resistentes. 
La caballería estaba formada por jinetes hostigadores que inicialmente desgastaban al enemigo desde la distancia. Su táctica consistía en lanzar jabalinas al enemigo para después retirarse rápidamente y evitar el choque directo. Pero también podían luchar cuerpo a cuerpo.
En la antigüedad la caballería númida no sólo estaba considerada la mejor de toda África, sino de todo el Mediterráneo.




A medida que la ciudad de Cartago fue creciendo, la relación con los númidas floreció y estos proporcionaron su caballería como mercenarios del ejército cartaginés en la segunda guerra púnica .
La caballería númida tuvo un papel principal en una serie de batallas, tanto al principio en apoyo de Anibal como posteriormente en la guerra después de cambiar sus alianzas, con la república romana.

El reino númida como tal empezó a fraguarse tras esta segunda guerra púnica.
Cartago tenía varios reinos númidas vasallos en el norte de África que compartían territorio, uno de ellos era el rey Sifax, que dominaba parte del norte de Argelia y por otro lado estaba Masinisa, otro noble númida aliado de Cartago. 

Este último fue influenciado por el general Escipón y terminó por enfrentarse a Cartago. 
La caballería númida decidió la suerte de la segunda guerra púnica en todas las batallas, y en especial en la decisiva y final batalla de Zama., tras la cual, Masinisa, bajo la protección de Roma, dejó de ser feudatario para constituir un estado númida que se extendía desde el este del actual Marruecos hasta las proximidades de Cartago. 

La guerra fue entre masesilios que lucharon apoyando a Anibal y los masilios, al mando de Masinisa, que lucharon junto a Roma.



Tras la derrota final de los cartagineses, Publio Escipión colocó a Masinisa a cargo de gran parte del territorio de Sifax en reconocimiento de la ayuda que Masinisa le había prestado frente a Cartago. 

Masinisa unificó a las tribus nómadas númidas alentando y promoviendo su asentamiento fundando numerosas ciudades.
Quería lograr una nación unida, un estado único en el norte de África con una industria agrícola, se convirtió en el principal aliado del pueblo romano, estableció una organización helénica en su reino y mantuvo numerosas relaciones comerciales con Rodas, Delos y Atenas.

Aprovechándose del tratado de paz que impedía a Cartago enzarzarse en guerras sin el permiso de Roma, Masinisa se anexionó parte del territorio cartaginés y siguió anexionándose territorios púnicos durante el siglo II A.C. apoyado por Roma. 
En la propia Cartago existía un partido númida que deseaba la unión con Numidia, lo cual provocaba los recelos de Roma. Todos estos conflictos hicieron que se declarara la tercera guerra púnica.
En el año 149 A.C. Masinisa murió de viejo durante la guerra y Espición el Africano hizo dividir el territorio de Masinisa entre tres de sus hijos impidiendo así la pretensión de Masinisa de una nación unificada.

 
Uno de sus hijos, Micipsa que envió tropas al sitio de Numancia a las órdenes de su sobrino Yugurta, fue aliado de Roma y consiguió reunificar el reino.

El reino de Numidia alcanzó una gran prosperidad tras el fin de la tercera guerra púnica, gracias a la firme alianza que se entableció con Roma, que permitió que el rey Micipsa gobernara en un estado de semiindependencia sin apenas inmiscuirse en los asuntos internos del reino, siempre y cuando no dejase de actuar conforme a los dictámenes marcados por Roma, como fieles aliados y vasallos de la autoridad de Roma en el norte de África.

Bajo el reinado de Micipsa, la ciudad de Cirta, se convirtió en la capital y en una rica y floreciente ciudad del litoral norteafricano. 

Micipsa, antes de fallecer en el año 118 A.C., dispuso en su testamento que el reino fuera gobernado conjuntamente entre sus dos hijos, Hiempsal y Adherbal, y su sobrino Yugurta, hijo natural de su hermano Mastánabal, al que acabó adoptando. 
Cuando murió Micipsa, se desató una feroz guerra entre los dos hermanos contra Yugurta. 
Éste, político falto de escrúpulos y gran militar, no necesitó mucho tiempo para eliminar, con asesinos a sueldo, a Hiempsal y de derrotar a Adherbal cuando este invadió sus tierras y tuvo que buscar la protección romana. 
Yugurta se apoderó por medio de la intriga, la guerra y el asesinato, de la totalidad del reino númida.

Los romanos deseando terminar rápidamente con el problema, aprobaron la división de Numidia en dos partes, el este para Aderbal, y el oeste para Yugurta que no quedó satisfecho y el senado romano le declaró la guerra.

Yugurta en el año 113 A.C., invadió Cirta, la capital de Aderbal. Roma se vio obligada a intervenir en el año 111 A.C. Yugurta se rindió, pero obtuvo una paz muy favorable y se reanudó la guerra.



Yugurta inició una larga guerra contra Roma dispuesto a no ceder fácilmente y a vender caro su pellejo. Comenzó a preparar su ejército con tácticas y equipos al modo de las legiones romanas que aprendió cuando luchó con ellos codo con codo contra los celtíberos. Además, buscó ayuda de su suegro, el rey Boco, de los mauritanos que como aliado suyo había conseguido la parte occidental del reino, la antigua Masesilia.


Puso las cosas muy dificiles a Roma, incluso estuvo a punto de derrotarla, pero tras una serie de victorias militares romanas, Yugurta finalmente se vio obligado a abandonar las ricas tierras masilias para replegarse a las regiones de menor valor, al sur y al oeste. Huyó al reino de Mauritania de su aliado Boco, que acabó traicionándole y como aliado de Roma, convertido en rey de los mauros y vio reconocido su dominio sobre la Numidia occidental, que fue incorporada a Mauritania.
Yugurta fue capturado y enviado a Roma cargado de cadenas y ejecutado en el año 104 A.C. 

Numidia fue dividida entre el mauritano Boco I y el númida Gauda. Tras la muerte de Gauda fue sustituido por Juba I que en la guerra civil romana entre Pompeyo y Julio César, fue derrotado por este último en la guerra de África, pasando Numidia a ser la provincia romana de Africa Nova en el año 46 A.C. 
Augusto, en el año 30 A.C. devolvió a Juba II la parte occidental del país y cinco años después, se formó la provincia romana de África gracias a la unificación con la provincia de África Vetus (África Vieja, Cartago) . 

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