Río Lena

Desde los 1.640 metros de altitud en su origen en los montes Baikal, al sur de la meseta central siberiana y a veinte kilómetros al oeste del lago Baikal, el Lena fluye hacia el nordeste, y en su transcurso se le unen sus afluentes, el Kirenga y el Vitim. 

Desemboca el suroeste de las Nuevas Islas Siberianas formando un delta de cerca de 45.000 kilómetros cuadrados de superficie, cruzado por siete ramas principales, siendo la más importante el Bylov, la más oriental.

El rio Lena transcurre totalmente por territorio ruso, tiene una longitud de 4.400 kilómetros y desemboca en el mar de Laptev, en el océano Ártico.
Es el décimo río en cuanto a longitud del mundo y el noveno en cuanto a cuenca hidrográfica. 

El nombre del río Lena, según la mayoría de los investigadores parece que deriva del nombre original "Even-Evenk Elyu-Ene", que significa río grande.

El río fue descubierto y entró en la historia alrededor del año 1620 cuando se realizó una expedición navegando por la zona baja del río Tunguska, dirigida por Demid Pyanda.

En el año 1628, Vasily Bugor y diez hombres llegaron a la region y fundaron la ciudad de Kirensk en 1632. Ellos mismos hicieron expediciones hacia el delta del Lena, el cual alcanzarón en el año 1633.

En el año 1885 la academia imperial rusa de ciencias patrocinó una expedición al área del delta del Lena y a las islas de nueva Siberia a cargo del barón Eduard Von Toll, acompañado por Alexander von Bunge.

Exploraron el delta y muchos de los brazos que fluyen hacia el mar y exploraron en 1886 las islas siberianas nuevas y el río Yana, mas al oeste del Lena.

Se dice también que Lenin debe su apodo al río Lena, ya que debió de nacer en sus orillas, y significa, el que pertenece al Lena.

En su recorrido hacia el norte, una vez pasada la ciudad de Yakutsk, a unos 150 kilómetros, nos encontramos con los pilares del Lena, unos minaretes naturales, que se extienden a lo largo y ancho del río y que componen un paisajes kárstico que en el año 2006 fue declarado patrimonio de la humanidad.

Este bosque de piedra con columnas que alcanzan los 150 metros de altura, se extiende unos ochenta kilómetros en los márgenes del río Lena.

El paso del tiempo y el río han erosionado el paisaje durante miles de años haciéndolo prácticamente inaccesible para el ser humano, pero es visitable. 

Cuando las aguas no estén heladas, en verano, se puede acceder en alguno de los barcos que recorren el río y el resto del año con el río helado, en trineos tirados por perros.

Gracias a su dificil acceso y a estar tan alejado del contacto humano, ha hecho que se haya podido conservar mejor el entorno.

Su hábitat es muy diverso y se pueden encontrar en las cercanías cerca de 500 especies de plantas diferentes y mucha variedad de fauna.

Es una zona aislada desde los tiempos del Cámbrico y se pueden encontrar fósiles de mamut.

Finalmente lo que mas destaca del río Lena es su desembocadura en un delta de cerca de 400 kilómetros de anchura en el que el río se se divide en multitud de brazos y de islas planas.

Se congela siente meses  al año, pero hacia el mes de mayo la región se transforma en un espectacular humedal que atrae a multitud de aves.