"Quiero ver esa copia en griego, probablemente realizada por un árabe, o por un español, que tú encontraste cuando, siendo ayudante de Paolo de Rimini, conseguiste que te enviaran a tu país para recoger los más bellos manuscritos del Apocalipsis en León y Castilla. Ese botín te hizo famoso y estimado en la abadía y te permitió obtener el puesto de bibliotecario, cuyo titular debía haber sido Alinardo, diez años mayor que tú. Quiero ver esa copia griega escrita sobre pergamino de tela, material entonces muy raro, que se fabricaba precisamente en Silos, cerca de tu patria, Burgos. Quiero ver el libro que robaste allí, después de haberlo leído, porque no querías que otros lo leyesen, y que has escondido aquí, protegiéndolo con gran habilidad, pero que no has destruido, porque un hombre como tú no destruye un libro: sólo lo guarda, y cuida de que nadie lo toque. Quiero ver el segundo libro de la Poética de Aristóteles, el que todos consideran perdido, o jamás escrito, y el que guardas quizás la única copia".
"Pergamino de tela", este es el significado en castellano de "charta lintea".
Esta entrada es simplemente un pequeño homenaje a la novela de Umberto Eco y a este pasaje en particular, que cuando lo leí por primera vez me llenó de curiosidad ya que no conocía nada sobre este tema, sobre muchos otros tampoco, pero este fue uno de los que mas me impactó.
Creo que sería bueno un pequeño inciso en plan general sobre la creación de libros en la Edad Media.
Se tiene constancia de la producción de códices desde la época de los romanos en el siglo I D.C. y se puede dar por terminado en el siglo XV con el nacimiento y expansión de la imprenta.
El "scriptorium" era el lugar donde los amanuenses copiaban escritos anteriores o escribían escuchando a un lector que les dictaba, este proceso de copia fue clave para que el latín pasase a otras lenguas romances y en concreto a la creación de los primeros vestigios del castellano, las glosas que son las anotaciones que se hacían en los márgenes de los códices, ya en lengua romance.
Se hacían tantas copias como copistas hubiera y estos dejaban partes en blanco en sus copias para los trabajos de los miniaturistas, iluminadores, etc. Una vez que estos ultimaban su trabajo, el proceso de la creación del códice terminaba con la encuadernación, uniendo los cuadernos con una tira de cuero al lomo y se forraban con dos tablas de madera, generalmente de nogal, a veces cubierta de piel que se cosían con nervios de buey.
La palabra “cuaderno” parece que proviene del número de hojas del códice más usado , el de cuatro hojas de pergamino dobladas por la mitad, equivalente a dieciséis páginas y el proceso llevaría el nombre de “encuadernar”.
Este es un proceso de creación de códices arduo, laborioso y todo artesanal y la escasez de pergamino justifica el cuidado de los bibliotecarios hacia los fondos de sus bibliotecas.
Dentro de la técnica de creación destaca la técnica del palimpsesto, que consiste en raspar el códice para escribir de nuevo sobre él. Esta técnica acabó con muchas obras de la antigüedad clásica.
En un principio se pensó que se aplicaba a obras de menor interés o las que debido a su antigüdad iban haciéndose mas difíciles de leer, pero los críticos aseguran que muchas obras de autores paganos sufrieron los efectos del borrado con objeto de volver a escribir sobre el códice obras cristianas.
En la novela se hace mención a ese cuidado que los bibliotecarios tenían hacia los fondos de la biblioteca y el control de acceso, así como el proceso y las intrigas para acceder al puesto de bibliotecario.
Surge la duda sino hubiese sido mejor para Jorge de Burgos en la novela haber aplicado la técnica del palimpsesto en el libro protagonista en vez de usar el veneno, pero en la propia novela da solución a la duda y es uno de los alicientes mas interesantes ya que el pergamino de tela debía de ser muy caro, frágil y se usaba poco, es por ello que quizá no aguantase la técnica del raspado:
"....el pergamino era raro... más blando que los otros. El modo en que la primera página estaba gastada, y casi se deshacía, era... en suma, muy extraño.
-Extraño: también Severino usó esa palabra -dijo Guillermo.
-El pergamino no parecía pergamino... Parecía tela, pero muy delgada... -seguía diciendo Bencio.
-Charta lintea, o pergamino de tela -dijo Guillermo-. ¿Era la primera vez que lo veías?
-He oído hablar de él, pero creo que nunca lo he visto. Dicen que es muy caro, y frágil. Por eso se usa poco."
-Extraño: también Severino usó esa palabra -dijo Guillermo.
-El pergamino no parecía pergamino... Parecía tela, pero muy delgada... -seguía diciendo Bencio.
-Charta lintea, o pergamino de tela -dijo Guillermo-. ¿Era la primera vez que lo veías?
-He oído hablar de él, pero creo que nunca lo he visto. Dicen que es muy caro, y frágil. Por eso se usa poco."
En definita, una gran trama para una gran novela que recomiendo leer y no voy a ahondar mas en ello, para no desvelar mas misterios y mas temas que pueden sacarse de su lectura. Como he dicho es un homenaje y un acercamiento a un hecho que me resultó muy curioso.
Gracias por tu reseña! Un abrazo! :D
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