Las islas Feroe, "Føroyar" en feroés, "Færøerne" en danés, son un grupo de islas ubicadas en el océano Atlántico norte, entre Escocia e Islandia que constituyen una región autónoma dentro del reino de Dinamarca y que es autogobernada en todos los asuntos salvo defensa, relaciones exteriores y sistema legal.
Su nombre significa islas de corderos.
El archipiélago, con unas dieciocho islas, que suman unos 1.400 kilómetros cuadrados, es una zona rocosa y de pendientes abruptas que crea un paisaje de costas escarpadas, acantilados erosionados y recortada por fiordos, que usualmente, gracias a su clima oceánico y extrañamente templado para la latitud, alcanza una media anual de unos siete grados centígrados que hace que quede envuelto en espesas nieblas y jornadas ventosas que hace que sus ciudades y pueblos parezcan de cuento.
La zona es la adecuada para el despliegue de un estilo de construcción propio de las mitologías nórdicas. Las casas tienen techos a dos aguas cubiertos de capas de hierba, material vivo que aisla, resguarda y protege del clima, el viento y la humedad y requiere de muy poco mantenimiento.
Varían su tonalidad según el momento del año, desde el marrón en otoño, blanco en invierno, verde intenso en primavera y verano.
Estas casas, con su particular estilo, son lo primero que llaman la atención.
La protección de sus muros de piedra y el gran techo de hierba poco a poco se convirtió en la vivienda tradicional de las Islas Feroe.
El estilo no es más que la evolución del diseño aplicado según el entorno y la disponibilidad de materiales de las Islas Feroe para protegerse del clima, sobre todo el viento y la humedad.
Perdura en la actualidad incluso en algunas construcciones nuevas, es una verdadera institución dentro de la isla.
Su nombre significa islas de corderos.
El archipiélago, con unas dieciocho islas, que suman unos 1.400 kilómetros cuadrados, es una zona rocosa y de pendientes abruptas que crea un paisaje de costas escarpadas, acantilados erosionados y recortada por fiordos, que usualmente, gracias a su clima oceánico y extrañamente templado para la latitud, alcanza una media anual de unos siete grados centígrados que hace que quede envuelto en espesas nieblas y jornadas ventosas que hace que sus ciudades y pueblos parezcan de cuento.
La zona es la adecuada para el despliegue de un estilo de construcción propio de las mitologías nórdicas. Las casas tienen techos a dos aguas cubiertos de capas de hierba, material vivo que aisla, resguarda y protege del clima, el viento y la humedad y requiere de muy poco mantenimiento.
Varían su tonalidad según el momento del año, desde el marrón en otoño, blanco en invierno, verde intenso en primavera y verano.
Estas casas, con su particular estilo, son lo primero que llaman la atención.
La protección de sus muros de piedra y el gran techo de hierba poco a poco se convirtió en la vivienda tradicional de las Islas Feroe.
El estilo no es más que la evolución del diseño aplicado según el entorno y la disponibilidad de materiales de las Islas Feroe para protegerse del clima, sobre todo el viento y la humedad.
Perdura en la actualidad incluso en algunas construcciones nuevas, es una verdadera institución dentro de la isla.
Curiosos los tejados con el césped integrado. Costumbre del país. Será que les protege del frío y ayuda a mantener el calor.
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