Los romanos adoraban a una diosa llamada Ocasión, a la que representaban como una mujer bellísima puesta de puntillas sobre una rueda, con alas en los pies o en la espalda y con un cuchillo en la mano derecha. Hay hermosas esculturas de Fidias y de Lisipo de la Diosa Ocasión. Esta representación era una forma de señalar que las buenas ocasiones pasan rapidamente.
La Diosa Ocasión llevaba la parte delantera de la cabeza cubierta por una hermosa cabellera, pero estaba totalmente calva por detrás. De la imagen de esta diosa proviene tanto la expresiones "tomar la ocasión por los pelos" o "la ocasión la pintan calva", dando a entender que o la ocasión se aprovecha de frente, agarrando la cabellera de la parte delantera de la cabeza de la diosa, o se acaba perdiendo sin remedio porque por atrás no hay forma de aprovechar la ocasión y agarrarla, dado que no hay cabellera por donde hacerlo.
La Diosa Ocasión llevaba la parte delantera de la cabeza cubierta por una hermosa cabellera, pero estaba totalmente calva por detrás. De la imagen de esta diosa proviene tanto la expresiones "tomar la ocasión por los pelos" o "la ocasión la pintan calva", dando a entender que o la ocasión se aprovecha de frente, agarrando la cabellera de la parte delantera de la cabeza de la diosa, o se acaba perdiendo sin remedio porque por atrás no hay forma de aprovechar la ocasión y agarrarla, dado que no hay cabellera por donde hacerlo.
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